Honduras.– Lisby Allen Barbales fue condenada a 11 años de prisión por la muerte a balazos de un hombre de 52 años en un motel, hecho ocurrido hace cuatro años y que ha generado polémica por presuntas irregularidades durante el proceso judicial.
Según la versión de Barbales, el hombre la llevó al lugar contra su voluntad y abusó sexualmente de ella, lo que la llevó a dispararle en un acto que calificó como defensa propia. No obstante, el tribunal la halló culpable de homicidio, desestimando su alegato de legítima defensa.
La organización lésbica Cattrachas denunció recientemente que durante el juicio se produjeron múltiples irregularidades que afectaron el derecho a una defensa adecuada, entre ellas el uso de estereotipos y prejuicios por la orientación sexual de la acusada.
El caso ha desatado una fuerte controversia en sectores defensores de derechos humanos, que critican el trato que reciben las mujeres —y en especial las mujeres LGBT+— cuando denuncian violencia sexual y afirman haber actuado en defensa propia.
Organismos nacionales e internacionales han instado a revisar el caso, solicitando garantías procesales y un análisis con enfoque de género y derechos humanos.
