Samaná fue escenario este viernes del Foro Provincial, un encuentro que reunió a autoridades nacionales, líderes comunitarios, académicos, empresarios y defensores del medio ambiente en la gobernación de Santa Bárbara para debatir sobre los retos y oportunidades que marcarán el porvenir de la provincia. La jornada, que forma parte de una serie de diálogos regionales en el nordeste, se centró en sostenibilidad, ordenamiento territorial y seguridad ciudadana, con la meta de construir una agenda de desarrollo común que integre a todos los municipios y distritos.
La gobernadora Teodora Mullix inauguró el foro destacando la necesidad de que Samaná se piense como un solo territorio con vocación y unidad estratégica compartidas. En ese sentido, tanto el rector de la Universidad Católica Nordestana, Isaac García de la Cruz, como el director del Listín Diario, Miguel Franjul, coincidieron en que la provincia posee condiciones únicas para convertirse en un modelo de desarrollo inclusivo. Franjul subrayó que el bienestar debe distribuirse en toda la región, mientras García de la Cruz resaltó el valor de su belleza natural, su cultura y la resiliencia de su gente.
El tono optimista contrastó con la advertencia del viceministro de Ordenamiento Territorial, Domingo Matías, quien presentó cifras preocupantes sobre el crecimiento urbano sin control. Señaló que municipios como Las Terrenas han registrado un incremento poblacional del 36.48% en pocos años, con expansión hacia zonas costeras sin planificación, lo que aumenta el riesgo de inundaciones y deterioro ambiental. También alertó que el 9% de la población provincial vive en áreas vulnerables a huracanes de categoría 5 y que un 17% de las construcciones se encuentran en sectores inundables. Las proyecciones climáticas, advirtió, apuntan a una disminución de entre el 10% y el 30% de las lluvias para 2050, con impacto directo en el agua y la agricultura.

La veterinaria y defensora ambiental Ileana González recordó la historia de resiliencia de Santa Bárbara, desde sus raíces coloniales hasta el incendio de 1946 que destruyó gran parte del pueblo. Expresó su preocupación por la falta de planificación ante el crecimiento turístico que atrae a más de 200,000 visitantes al año, la ausencia de formación técnica para jóvenes, deficiencias en servicios médicos y en el suministro de agua, además de problemas en el manejo de aguas residuales y obras mal planificadas.
Desde Sánchez, el abogado Ray Martínez describió al municipio como histórico y productivo, con un pasado industrial marcado por el ferrocarril, y planteó su potencial para un turismo sostenible vinculado a su patrimonio y biodiversidad. Sin embargo, advirtió sobre la contaminación de fuentes hídricas, la mala gestión de residuos y la migración juvenil por falta de oportunidades.
En Las Terrenas, el representante comunitario Robinson Espino resaltó su diversidad cultural y el auge turístico que ha multiplicado en seis años el número de habitaciones, pero advirtió que este crecimiento no ha sido acompañado de mejoras en servicios básicos. Señaló la insuficiencia del acueducto, la contaminación de playas por aguas residuales y los apagones prolongados como amenazas para la actividad económica y turística.
Julissa Calcaño Maldonado, en representación de los distritos de Arroyo Barril, El Limón y Las Galeras, celebró el desarrollo impulsado por la riqueza turística y la inversión pública, como la construcción de un puerto de cruceros, aunque subrayó la urgencia de enfrentar problemas como la gestión inadecuada de residuos sólidos y la depredación de los recursos naturales.