SAN FRANCISCO DE MACORÍS.- El reciente ataque de Israel en territorio de Catar, bautizado como “Cumbre de fuego” y dirigido a líderes del grupo islamista Hamás, ha generado una ola de condenas y un fuerte choque diplomático. La ofensiva, realizada el pasado martes mientras se desarrollaban negociaciones de paz en Doha, fue justificada por Israel como un mensaje a sus enemigos: “Quienes intenten eliminar a Israel no estarán a salvo en ninguna parte del mundo”, afirmó Roni Kaplan, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel, desde el kibutz Nir Oz.
Israel defiende la operación
Kaplan y el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, coincidieron en señalar que no habrá refugio para los terroristas, ni en Gaza, ni en Teherán, ni en Doha. Según sus declaraciones, la ofensiva busca impedir otro ataque similar al del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás dejó cientos de muertos y heridos en suelo israelí.
“Estamos luchando para que no se repita otro 7 de octubre. La sangre de nuestros niños y mujeres no fue derramada en vano. Seguiremos hasta desmantelar a Hamás”, expresó Kaplan.
Reacciones internacionales
El bombardeo provocó la condena inmediata de Catar, que exigió llevar al primer ministro Benjamin Netanyahu ante la justicia. Canadá anunció que reevaluará sus relaciones con Israel y la Unión Europea calificó el ataque como “intolerable”.
El propio presidente estadounidense Donald Trump, uno de los principales aliados de Israel, criticó la acción y aseguró que “no había sido una decisión inteligente”.
Ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó de manera unánime una resolución condenando el ataque y expresó solidaridad con Catar.
Críticas por la crisis humanitaria en Gaza
Israel también enfrenta acusaciones por la situación en Gaza. Naciones Unidas ha denunciado que el bloqueo y las operaciones militares han provocado hambre, desnutrición y un grave deterioro de las condiciones de vida de la población civil. España fue más lejos y acusó formalmente al gobierno de Netanyahu de cometer genocidio, imponiendo sanciones en materia de transporte aéreo y marítimo de armas.
Kaplan rechazó estas críticas, insistiendo en que la guerra no es contra la población de Gaza sino contra Hamás. “Nosotros instamos a las organizaciones internacionales a repartir comida. Hemos permitido más de lo que exige el derecho humanitario”, aseguró.
Incursión final en Gaza
Mientras tanto, Israel prepara lo que describe como la fase final de la guerra: una incursión armada en la Ciudad de Gaza. El ejército ya ordenó la evacuación de más de un millón de personas hacia el sur de la franja. Según datos israelíes, unas 100,000 personas se han desplazado en los últimos días.
Como antesala, las tropas israelíes demolieron 50 edificaciones estratégicas en la zona, con el objetivo de “garantizar la seguridad” de las fuerzas en la incursión. Netanyahu fue tajante: “No existe posibilidad alguna de un Estado palestino en Gaza”.