Una investigación de The Associated Press expone cómo los tribunales de inmigración en Estados Unidos se han convertido en escenarios de arrestos coordinados entre abogados del gobierno y agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), como parte de la política de deportaciones masivas impulsada por la administración del presidente Donald Trump.
Los reportes incluyen mensajes de texto entre una abogada del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y agentes de ICE, en los que se evidencia la planificación previa de detenciones dentro de los juzgados. En múltiples casos, solicitantes de asilo que acudían a audiencias rutinarias eran sorprendidos por mociones rápidas para desestimar sus casos, quedando de inmediato expuestos a deportación expedita y arrestos en los pasillos.
La AP documentó estas prácticas en 21 ciudades del país y consultó a funcionarios que pidieron anonimato por temor a represalias. Estos describen que, con un retraso de 3.8 millones de casos, los tribunales funcionan como una “línea de ensamblaje” donde el debido proceso queda relegado.
Las tácticas se han intensificado en medio de una purga de jueces considerados “demasiado indulgentes”. Desde enero, casi 90 jueces fueron despedidos, varios de ellos incluidos en una lista creada por sectores conservadores. Otros abogados y funcionarios describen un ambiente de miedo y presión para acelerar deportaciones, incluso de personas sin antecedentes penales.
El impacto humano también es evidente. La AP observó familias separadas, detenciones de padres frente a sus hijos y casos de inmigrantes que, ante el clima de persecución, optan por solicitar voluntariamente su salida del país. Más de 14,000 personas pidieron autorización para autodeportarse solo en los primeros ocho meses de 2025.
Ante el endurecimiento del sistema, cientos de inmigrantes han recurrido a cortes federales presentando peticiones de habeas corpus para frenar detenciones consideradas arbitrarias, lo que ahora amenaza con saturar también ese sistema.
