Santo Domingo, RD
Preguntar por una autoridad es el nuevo pecado de la prensa local. Esto se mostró con lo vivido por miembros de la prensa del periódico Listín Diario y CDN, las autoridades que se supone deben “salvaguardar a los civiles” realizaron una de la más grandes bajezas, impidiendo que de forma prudente y recitando la ley 19-01, la cual hace valer el ejercicio del Defensor del Pueblo, quien de manera serena explicó sus puntos hasta que se dio inicio a un apocalipsis.
Hoy la Dirección General de Seguridad Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) denota como la poca prudencia y educación reinan en sus filas.
Ver como a los compañeros de labores Raúl Asencio (Listín Diario) y Víctor Olivo (CDN) les arrebataron sus mejores y únicas armas llamadas cámaras, instrumentos para hacer ver y escuchar al pueblo lo que como periodistas viven al momento de informarles.
La impotencia se apoderó de mí al ver cómo un puñetazo impactó la cara de Raúl, el cual solo portaba en sus manos su humilde herramienta de trabajo, la forma en que tres desaprensivos le rompieron la cámara a Víctor y no solo se conformaron con eso, encima de todo lo golpearon, ultrajaron y encañonaron entre 3 supuestos trabajadores del lugar que no contaban con ninguna identificación.
Insultos, pisotones, destrucción de equipos, violencia física y manipulación de armas, todo por solamente preguntar ¿Dónde estaba la encargada del Canódromo?, la que al salir de su oficina en vez de mostrarse interesada por la visita nos recibió con un palo de golf de metal, como si de maleantes se tratara quienes estaban presentes.
El palo fue el instrumento que azotó la libertad de expresión sin ninguna piedad, mostrando lo poco que para ellos vale la vida humana, quien se suponía debía ser el más alto ejemplo de mando, tirado por el piso, alcanzando a comportarse como la imagen y semejanza de una cruel villana de películas.
Por lo visto el Canódromo es un país aparte dentro de República Dominicana, ya que dentro de las frases más resonadas y calificativos ofensivos por parte de los que alegan laborar dentro del “nuevo dealer del Estado”, sonaba “esto es privado”, “ustedes aquí no pueden entrar”, hasta las entidades demoníacas tomaron nombre del asunto “hijos del diablo, váyanse de aquí” y para no ofender la vista de los fieles lectores de este medio escrito no se insertarán las depravadas palabras pronunciadas por las “damas” presentes en la unidad de Digesett. La arena y piedras del Canódromo se convirtieron en un ring de pelea, donde lo importante era herir a los presentes con tal de ocultar la información que allí aguarda. República Dominicana debe acabar con la mafia detrás del Canódromo ubicado en la avenida Monumental.
Los colaboradores del Defensor del Pueblo, que entraron con las leyes en la mano y salieron lacerados con heridas, labios partidos, rasguños y moretones, todo gracias al salvajismo de nuestras autoridades de la Digesett.
Al día de hoy me he vuelto viral de la última forma que pensé realizarlo en pleno siglo 21, en mi afán de darle la cara a los hechos, ser llevada a rastras por una agente de la ya tantas veces mencionada Digesett, mi celular personal sufrió una ruptura en la pantalla pero la flota perteneciente a la redacción del Listín Diario no corrió con la misma suerte al ser retenido, que al igual que todos los equipos de audio, video y telefónicos mencionados en este escrito no han sido devueltos, incluyendo la cámara del fotógrafo perteneciente a la Defensoría del Pueblo.
Me tomo el atrevimiento de realizarle una salvedad a las actuales y venideras autoridades de la Digesett, al próximo que decidan darle un cargo en sus filas por lo menos se aprenda los códigos, leyes y artículos sobre hasta dónde llegan sus funciones y que debe hacer en el cargo asignado, lo cual dudo conlleve el uso de un palo de golf metálico como requisito. “El Coco”es un lugar donde abunda la charlatanería, desigualdad y los vividores.
SDD condena agresión
La Sociedad Dominicana de Diarios(SDD) deploró y censuró estes lunes la agresión cometida contra varios periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos que acompañaban al Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, a una jornada de inspección al centro de retención de vehículos denominado “Canódromo El Coco”, en la avenida Monumental, Distrito Nacional.
Persio Maldonado, presidente de la SDD, dijo que se trata de un ataque inaceptable e incomprensible, toda vez que los equipos de prensa que acompañaban al Defensor del Pueblo cumplían con la sagrada misión de informar a la población sobre lo acontecido en ese momento. Manifestó que acciones de esta naturaleza son las que al final vendrán a engrosar la lista de eventos contra la libertad de prensa, de expresión y difusión en la República Dominicana, que sin duda siempre termina afectando la imagen del país, y, por consiguiente, la de los gobiernos.
SEPA MÁS
Quitan comandante.
En medio del escándalo, el director de la Digesett, general Ramón Guzmán Peralta, sustituyó ayer a la comandante del departamento de Centros de Retención Vehícular, coronela Ysabelita de los Santos Pérez, y designó al teniente coronel Hipólito Antonio Rijo Santana.
Reacción Digesett.
“La Digesett calificó como “un hecho muy lamentable” la agresión de ayer en la mañana, que será investigada, pero aclaró que “no hubo ningún tipo de notificación previa para la entrada”.