Santo Domingo. – La sociedad dominicana permanece consternada tras dos hechos ocurridos en los últimos días, donde padres son acusados de quitarle la vida a sus propios hijos en circunstancias aún bajo investigación.
Triple homicidio-suicidio en Santo Domingo Este
En el ensanche Isabelita, Santo Domingo Este, Pennsylvania Mercedes Jiménez Valdez, de 37 años, envenenó a sus tres hijos de 7, 9 y 11 años y posteriormente se suicidó ingiriendo una sustancia tóxica.
El hecho ocurrió la noche del pasado domingo en la calle Respaldo 7, esquina calle B. Jiménez habría dejado una carta en la que expresó sentirse sobrepasada por la vida y no querer dejar a sus hijos “en este mundo tan cruel”.
Su pareja, José Arami Cabrera, padre de los menores, dijo no comprender lo sucedido. “Ella era muy buena madre y muy cariñosa con sus hijos. Todavía no creo que haya hecho eso”, expresó visiblemente afectado.
Aunque se investigan los motivos, familiares del hombre señalaron que la tragedia pudo estar vinculada a celos. La nota escrita por la madre permanece bajo custodia del Dicrim.
La familia llevaba más de diez años residiendo en el sector y la pareja tenía 13 años de unión.
Infanticidio en Los Guandules Abajo
En otro hecho, ocurrido en la madrugada del domingo en la comunidad de Los Guandules Abajo, Distrito Nacional, un hombre identificado como Dionis Zabala, de unos 20 años, fue acusado de asfixiar a su hijo de un año y ocho meses.
“El niño murió teniéndolo él abrazado. Parece que lo apretó demasiado y lo asfixió”, explicó su primo hermano, Euclides Sánchez Alcántara, quien aseguró que Zabala padecía problemas mentales diagnosticados hace cinco años y habría sufrido una recaída reciente.
Tras el hecho, Zabala reconoció lo ocurrido y alegó que “Papá Dios lo mandó”. El joven, que se dedicaba a la compra y venta de metales, fue arrestado y presentado este lunes en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, donde la fiscalía solicitó medida de coerción de prisión preventiva.
Dolor y alarma social
Ambos sucesos han generado gran impacto y dolor social, especialmente en las comunidades afectadas. Vecinos y familiares coinciden en expresar sorpresa, destacando que tanto Jiménez como Zabala mostraban afecto hacia sus hijos, lo que hace aún más incomprensibles las tragedias.