Florida. – Hulk Hogan, ícono mundial de la lucha libre profesional, falleció este jueves a los 71 años en su residencia de Clearwater, Florida. La noticia fue confirmada por fuentes familiares a medios estadounidenses como US Weekly, mientras que su representante también lo comunicó a la cadena NBC. El portal TMZ, conocido por su acceso directo a fuentes policiales, fue el primero en reportarlo.
Hogan, cuyo nombre real era Terrence Gene Bollea, fue 12 veces campeón mundial y uno de los principales rostros de la lucha libre profesional en las décadas de 1980 y 1990. Con una estatura cercana a los dos metros y un peso de aproximadamente 130 kilos, fue una figura imponente tanto en el cuadrilátero como en la pantalla.
Durante los últimos años, Hogan enfrentó múltiples intervenciones quirúrgicas, y recientemente su esposa Sky Daily había negado que se encontrara en coma, asegurando que su estado de salud era estable.
La carrera del luchador estuvo marcada por éxitos deportivos y también por controversias. Fue incluido en el Salón de la Fama de la WWE en 2005, pero retirado en 2015 tras la filtración de un video íntimo en el que se le escuchaba emitir comentarios racistas. Años después, en 2020, fue reincorporado tras una gira pública de disculpas.
Aunque su sueño inicial fue el béisbol, una lesión lo llevó al mundo de la lucha libre, donde alcanzó fama nacional e internacional a finales de los años 70. Su presencia se extendió también al cine y la televisión, con participaciones en más de una decena de películas, incluyendo Rocky III, y protagonizó el reality show Hogan Knows Best, junto a su familia.
La vida personal del exluchador fue compleja. Estuvo casado en tres ocasiones, siendo su matrimonio más conocido con Linda Hogan, con quien tuvo dos hijos. Su imagen pública se deterioró tras su divorcio, revelaciones sobre el uso de esteroides y la filtración de la cinta privada.
En los últimos años, Hogan se mostró cercano al movimiento político MAGA, y en 2024 apareció en la convención republicana mostrando públicamente su respaldo a Donald Trump.
Hogan sufría graves dolencias físicas asociadas a su carrera en la lucha libre, con daños en la espalda, cuello y articulaciones que documentó en entrevistas. «Estoy lisiado», confesó en Rolling Stone. «Se me duermen las manos, los brazos, el cuello…».
A pesar de sus cicatrices, tanto físicas como emocionales, Hogan defendía el valor de enfrentar las adversidades con entereza. “No soy perfecto”, dijo en una entrevista en 2019. “Pero se trata de dar la cara, asumirlo y seguir adelante”.
Su legado permanece como uno de los más influyentes en la historia del entretenimiento deportivo.