República Dominicana carga consigo un sinnúmero de infraestructuras escolares que, con el paso de los años, se ha evidenciado el mal estado en que están, cosa que se ha multiplicado cada vez más.
Los casos van de escuela a escuela, muchos de estos centros educativos se ubican en los pueblos, en provincias como Duarte, Hermanas Mirabal, La Vega, San Juan y La Altagracia.
La precariedad ha sido evidente. Estudiar hoy en día en el país, en ámbitos de infraestructura, ha sido un retroceso. En el Centro Educativo José Inocencio Familia de la provincia San Juan, los estudiantes, que se pasan más de ocho horas al día en el plantel, hacen sus necesidades en una letrina, no tienen baños dignos a donde ir.
El Centro Educativo Francisco Javier Suero no está terminado en su totalidad y, a pesar de ello, los estudiantes asisten a un plantel en el que reciben docencia en un piso de tierra y arriesgando sus vidas conviviendo con varillas y otros tipos de materiales de construcción.
A estos espacios educativos se le suman el Centro Educativo Andrés Avelino de Oleo, el Centro Educativo José Ascención García Sánchez y el Centro Educativo Guayabal. En estos lugares se convive con grietas en techos, paredes, pisos y los pedazos de techos caen en diversas ocasiones, además de las filtraciones que se producen cuando llueve.
En la Regional 07 de la provincia Duarte, en el Centro Educativo Eugenio María de Hostos se estudia con un piso deteriorado, un techo con filtraciones, tuberías en mal estado y ventanas deterioradas.
En el Centro Educativo Liceo Pedro Mir, las grietas están en muchas de sus columnas y techo. En el Cándido Ventura Javier (Naranjo Dulce Abajo) hay más grietas y problemas eléctricos.
En La Vega, el Centro Educativo Francisco Jiménez, los hoyos en el techo ya se han vuelto una normalidad; hoyos en el techo, así como las varillas visibles y pedazos de trecho han caído. Este mismo dolor de cabeza se vive en el Centro Educativo María del Consuelo Garrido.
Así es la educación en el país, estudiar en precariedad, donde en cada una de estas escuelas hay alrededor de 300 o 400 estudiantes.
Lo que falta en el Ministerio es una supervisión permanente de la condición de la infraestructura de la escuela, te construyen una escuela y jamás vuelven por ahí. Entonces la escuela se deteriora”, relató Sixto Gabín, secretario de Cultura de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en San Francisco de Macorís.
Gabín manifestó que cada vez que pasa un año escolar, al iniciar el próximo, es con los mismos problemas, porque no hay una supervisión permanente.
Estas escuelas también carecen de agua potable y detalla que la calidad alimentaria no es la mejor.
la situación en la vega
La mayoría de los centros educativos en la provincia de La Vega presentan problemas estructurales, principalmente filtraciones, agrietamientos y hundimientos, de acuerdo con el ingeniero Galvy Núñez, encargado de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (ONESVIE) en Santiago.
Núñez explicó que está llevando a cabo una evaluación general en todos los centros educativos de la provincia de La Vega.
Indicó que la mayoría de los planteles evaluados presentan patrones de daños similares. Entre las patologías más comunes están las filtraciones, asociadas principalmente a las condiciones del clima tropical, ya que los cambios bruscos de temperatura provocan dilataciones térmicas (aumento de volumen) en los materiales de construcción, lo que provoca la aparición de fisuras que, con el tiempo, permiten el paso del agua y generan filtraciones.
Otro de los problemas más frecuentes son los asentamientos o hundimientos, donde el terreno desciende debido al peso de la estructura, causando agrietamientos.
Núñez explicó que en muchas zonas del Cibao los suelos son arcillosos, lo que los hacen más susceptibles a este tipo de fallas.
El ingeniero informó que, como resultado de estas evaluaciones, se están reforzando unos cuatro centros educativos; el Liceo Don Pepe Álvarez, la Escuela Federico García Godoy, el Centro Educativo El Carmen, donde próximamente se iniciarán las intervenciones, y otro plantel ubicado en la comunidad de Bacui.
El encargado de la Onesvie en Santiago dijo que para la evaluación de las estructuras, existen dos etapas. La primera es la evaluación de primer nivel, también llamada evaluación visual rápida, donde se realiza un reconocimiento general y se hace diagnóstico preliminar utilizando herramientas que permiten, según el tipo de estructura, la antigüedad del edificio y las irregularidades observadas, identificar las escuelas que requieren una evaluación inmediata.
Las edificaciones que presentan condiciones más críticas pasan entonces a la evaluación de segundo nivel, que consiste en un análisis estructural detallado, donde se modela digitalmente la edificación, se extraen muestras de concreto para evaluar su resistencia real, y se realizan escaneos para conocer la disposición y el grosor de las varillas.
Todos estos datos se ingresan en un software especializado que permite simular escenarios sísmicos, con el objetivo de detectar los puntos vulnerables de la estructura.
Si los resultados revelan patologías como filtraciones, se recomienda aplicar un proceso de impermeabilización, utilizando materiales y procedimientos adecuados.
En los casos que requieren reforzamiento estructural, las soluciones varían según el diagnóstico y pueden incluir la construcción de nuevos muros, el engrosamiento de columnas, o incluso la adición o eliminación de elementos estructurales.
A partir de los resultados, se elabora un informe técnico con las conclusiones de la evaluación y las recomendaciones.