La líder opositora venezolana y Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, ofrecerá una conferencia de prensa este jueves en Oslo, en lo que será su primera aparición pública en meses, luego de mantenerse en la clandestinidad tras denunciar amenazas de muerte y persecución política por parte del gobierno de Nicolás Maduro. El anuncio fue hecho por las autoridades noruegas un día después de que su hija, Ana Corina Sosa Machado, leyera en su nombre un discurso en la ceremonia de entrega del galardón, durante el cual la dirigente llamó a los venezolanos a “luchar por la libertad”.
Machado no había sido vista desde enero, cuando participó en una protesta en Caracas, y su presencia en Noruega se mantuvo en suspenso hasta último momento. El Instituto Nobel informó horas antes de la premiación que la opositora no llegaría a tiempo debido a “un viaje en una situación de extremo peligro”, en medio de versiones sobre una posible salida clandestina de Venezuela y las advertencias del fiscal general, quien aseguró que sería considerada “fugitiva” si abandonaba el país, donde enfrenta acusaciones de conspiración, incitación al odio y terrorismo. Sin esclarecer aún cómo logró salir de territorio venezolano, su hija afirmó durante la ceremonia que su madre llegaría a Oslo “en unas horas” y que regresaría “muy pronto” a Venezuela, reiterando que la dirigente no renunciará a su propósito de vivir en una “Venezuela libre”.
La ceremonia inició con interpretaciones de “Alma llanera” y “Venezuela” a cargo del cantante Danny Ocean, seguidas de un discurso del presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, quien criticó abiertamente al mandatario Nicolás Maduro. “Señor Maduro: debe aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo”, declaró, recibiendo un prolongado aplauso del público. En primera fila estuvieron presentes la madre de Machado, Corina Parisca, sus tres hermanas y dos de sus hijos, mientras Ana Corina Sosa recogía la medalla de oro y el diploma del premio, dotado con 1.2 millones de dólares.
En su mensaje, Machado evocó “la lucha contra una dictadura brutal” en la que “lo hemos intentado todo”, denunciando secuestros, torturas, persecución de opositores y “crímenes de lesa humanidad documentados por las Naciones Unidas”, además de acusar al gobierno venezolano de ejercer “terrorismo de Estado para enterrar la voluntad del pueblo”. Aseguró que la democracia sólo será posible si los venezolanos están “dispuestos a luchar por la libertad”. La dirigente pasó a la clandestinidad tras las elecciones de julio de 2024, cuyos resultados —que otorgaron un tercer mandato a Maduro— no fueron reconocidos por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos. Machado sostiene que se produjo un fraude contra el candidato opositor Edmundo González Urrutia y presentó copias de votos emitidos como prueba, acusaciones que el chavismo rechaza.
Expertos consultados en Oslo advierten que la situación de Machado sigue siendo incierta. La académica Benedicte Bull, especialista en América Latina, señaló que la opositora “corre el riesgo de ser arrestada si regresa”, aunque destacó que las autoridades han actuado con más moderación en su caso por el fuerte simbolismo político. Sin embargo, advirtió que un exilio prolongado podría disminuir su influencia como líder de la oposición. Machado ha sido elogiada por su rol en la defensa de la democracia, aunque detractores le critican su cercanía con el presidente estadounidense Donald Trump, a quien dedicó su Premio Nobel, en medio de tensiones por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y operaciones contra presuntas “narcolanchas”, que el gobierno venezolano califica como intentos para derrocar a Maduro y controlar las reservas petroleras del país.
