A un mes y siete días del fallecimiento de Jazlin Isabella Graciano de la Cruz, una bebé de apenas cuatro meses, su padre, Juan Graciano, continúa reclamando respuestas sobre las circunstancias en que murió mientras estaba bajo custodia del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI) en Santiago.
Graciano asegura que, hasta la fecha, no ha recibido información del Ministerio Público sobre lo ocurrido con su primogénita.
“No me han dicho nada, nadie nos dice nada. Estaba yendo al Palacio de Justicia y me han sacado dos veces. Ya no tengo más lágrimas, me siento indignado, pero sigo luchando, no me voy a detener. Yo se lo juré cuando la estaba enterrando, que tenía un padre que iba a luchar por justicia”, declaró al Listín Diario.
Según explicó, el Ministerio Público tampoco ha permitido que la familia interponga una querella formal en contra del CONANI. “No quieren recibir la denuncia”, afirmó Graciano.
El cuerpo sin vida de la bebé les fue entregado el jueves 16 de octubre, luego de la autopsia realizada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF). Fue la primera vez, en un mes, que Graciano pudo ver a su hija, pues durante el tiempo que permaneció bajo custodia del CONANI no le permitieron visitas ni videollamadas.
La niña, que hubiera cumplido cinco meses el 20 de octubre, estaba albergada en la institución Red de Misericordia, ubicada en La Otra Banda. El padre sostiene que la persona encargada de cuidarla presuntamente le dio leche, la acostó boca arriba y la bebé se broncoaspiró, provocándole la muerte.
En la vivienda de la familia, su abuela paterna, Miriam Cruz, había preparado un cuarto completo para recibirla: cuna, mosquitero rosado, juguetes y un collage con fotos desde su nacimiento. Hoy llora abrazada a su hijo Juan por la pérdida de su nieta. “Qué negligencia, mi hijo, pero se va a hacer justicia. Estamos agarrados de Dios”, expresó entre lágrimas.
El Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes había entregado la custodia de la infante al CONANI tras determinar que la madre no estaba en condiciones mentales ni emocionales para cuidarla, luego de un intento de autolesión. Más tarde, la niña fue entregada a una tía materna, quien posteriormente la devolvió a su madre.
El padre explicó que, debido a su horario laboral, no podía asumir la custodia, pero sí su madre, Miriam Cruz, en cuyo hogar él también reside. Sin embargo, denuncian que la magistrada actuante nunca evaluó su vivienda pese a las múltiples solicitudes formales y personales para comprobar si cumplía con las condiciones adecuadas.
“El error más grave de la magistrada fue no venir a investigarnos como familia, que se lo pedimos de todas formas”, aseguró Cruz.
Juan Graciano también reiteró que mientras su hija estuvo bajo la custodia del CONANI, la magistrada no le permitió verla ni le informó en cuál albergue se encontraba, a pesar de presentarse cada día en el tribunal. “El día que tenía una videollamada con ella para verla, me llamaron para decirme que había muerto”, recordó.




