Duarte. – Con una mezcla de angustia y desesperación, Ramón de la Cruz Rosa, residente en el Barrio David en La Bomba de Yaiba, municipio de Villa Riva, compartió el martes su conmovedora historia sobre los difíciles momentos que atraviesa debido al comportamiento perturbador de su nieto, Jefferson Tiburcio de la Cruz, de 20 años, cuya adicción a las drogas ha sumido a la familia en un estado de inquietud y preocupación constante.
En una conversación cargada de lágrimas y con la voz entrecortada, De la Cruz Rosa narró cómo la adicción de su nieto ha desestabilizado la paz en su hogar. Ha llegado al punto de solicitar ayuda a las autoridades pertinentes tanto en Villa Riva como en San Francisco de Macorís, con la esperanza de que puedan intervenir y brindar una solución para el bienestar de Jefferson. Sus súplicas están motivadas por un profundo temor de que las consecuencias de su adicción puedan volverse trágicas e irreversibles.
El abuelo compartió que su esposa, quien es la abuela de Jefferson, vive en constante angustia hasta que él regresa a casa. La incertidumbre se ha vuelto una presencia constante en sus vidas. La relación con su nieto, a quien criaron desde su niñez, ha sufrido un giro desgarrador debido a su adicción. A pesar de su conducta problemática, su abuela se aferra a él, lo que ha llevado a que sacrifique su propia tranquilidad por su nieto.
El relato de De la Cruz Rosa también reveló el dilema financiero y emocional al que se enfrentan. Jefferson trabaja, pero el dinero que gana se destina a mantener su hábito de consumo de drogas. Cuando carece de recursos, incluso llega a forzar a su abuela a buscarle dinero. Esta situación ha colocado una carga insostenible sobre los hombros de la familia, empeorando la relación entre generaciones y afectando profundamente la calidad de vida de todos.
Ramón de la Cruz Rosa hace un llamado urgente a las autoridades competentes, pidiendo clemencia y asistencia en esta situación devastadora. Su desesperación es palpable y su voz se alza con la esperanza de que las autoridades actúen con celeridad para brindar un camino hacia la rehabilitación y la recuperación de su nieto. La angustia que siente por la seguridad y el bienestar de Jefferson se refleja en sus palabras finales, en las que expresa su necesidad de una respuesta pronta para poner fin al dolor que afecta a toda la familia.
