sábado, diciembre 14, 2024
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La mataron de mas de 300 puñaladas hace mas de un año y no hay ni un preso

El 3  de junio del 2021, Carmen Paulino Gabriel de 27 años fue asesinada en crueles y desgarradoras circunstancias. Recibió 351 puñaladas en su casa en San Francisco de Macorís.

Tras más de un año del horrendo crimen, la indignación se apodera de muchos en San Francisco de Macorís, ya que en la actualidad no hay un solo detenido por el atroz asesinato que evidencia las debilidades de los procesos judiciales, sobre todo en la etapa de investigación. 

Una sentencia emitida este 28 de septiembre de este año emitida por los jueces Víctor Inoa, declararon a Eusebio Rosario, quien era pareja de la joven “no culpable de cometer asesinato, actos de tortura, barbarie y violencia intrafamiliar en circunstancias agravadas, por insuficiencia de pruebas”.

Los familiares de Carmen califican esta decisión como otro duro golpe, pues tenían la esperanza de que el veredicto no beneficiara al imputado.

Lucitania Paulino Gabriel, hermana joven asesinada con ojos aguados y voz entrecortada recuerda que era una muchacha muy buena, sin maldad y muy cariñosa.

El 3 de junio de 2021, sus familiares y amigos le escriben por Whatsapp, como de costumbre, para saber de ella pero no contestaba, por lo que su hermana María Altagracia Paulino Gabriel acude a la casa donde la joven de 27 años convivía en unión libre desde hacía dos años con Eusebio Rosario Hernández apodado Eddy, en la Calle Colón de San Francisco de Macorís. Allí entra a la habitación que estaba a oscuras.

“Pensábamos que era que se había herido algo, pues había mucha sangre en la cama y cuando están las autoridades ahí, pues le dicen que no, que no encuentran el cuerpo”, indicó.

Según el acta de la Fiscalía, el cadáver fue levantado a las 3:16 de la tarde y la joven tenía de unas 27 a 30 horas fallecida y presentaba “heridas corto punzo penetrantes múltiples por arma blanca en cabeza, tórax, abdomen, brazos y pubis”.

El primer sospechoso del horrendo crimen fue su pareja, Eusebio Rosario Hernández, detenido esa misma noche debido a que fue la última persona que vio a la víctima.

Sus familiares narran los antecedentes de los abusos que cometía contra Carmen y describen algunas sádicas situaciones a las que era obligada por su pareja bajo amenazas. Lo que se narra coincidía con la perturbación mental del que la mató.

Esos son solo algunos de los indescriptibles abusos y vejámenes a los que era sometida, pues el expediente del Ministerio Público también establece que “era obligada por el imputado a sostener relaciones sexuales con otros hombres y mientras estos la violaban, él miraba y luego se unía a la orgía”.

También, “durante una disputa, al frente de la casa de ambos,  le rompió el suéter dejándola en ropa interior en plena calle, mientras le vociferaba que ella era una basura y que nunca tendría un hijo con ella”. Los familiares también dieron el testimonio de que al ella salir embarazada, su pareja la obligó a tomarse pastillas para abortar. Pero según el abogado del acusado, su cliente es inocente y nunca abusó de su pareja.

El motivo por el que la joven nunca tomó acciones legales es igual al de todas aquellas mujeres abusadas: el miedo.

Los familiares trataron de convencerla de que dejara la relación e incluso un mes antes de ser hallada sin vida, ella había comprado una cama para mudarse a una habitación que su familia le había conseguido quizás este intento fue la motivación de su muerte.

Varios días después de Eusebio Rosario haber sido arrestado, le conocen la medida de coerción y le imponen prisión preventiva acusado de violencia intrafamiliar y complicidad de asesinato.

Las autoridades determinaron complicidad porque el acusado principal fue nada más y menos que su hijo, un adolescente de 15 años de edad, que fue captado en algunas cámaras de la zona, el mismo día que la joven fue hallada muerta, entrando a las 6:48 de la mañana a la casa y saliendo 10 minutos más tarde.

El Ministerio Público establece que el joven entra por segunda vez a las 7:21 de la mañana, encuentra acostada a Rafelina y le infiere las 351 puñaladas, luego envuelve el cadáver, lo arrastra hacia la parte trasera de la vivienda, lo arroja a la cisterna, la cierra, procede a secar la sangre del pasillo de la casa, cierra la vivienda y se marcha a las 8:12 de la mañana.

Además hay dos testigos oculares, uno es un guachimán quien le abrió la puerta del parqueo, que confesaron haber visto al menor esa mañana, pero el abogado refuta estos hechos.

A confesión de partes, relevo de pruebas. El niño confesó que la asesinó. Además, resulta increíble entender que el menor haya entrado a la casa y no se haya dado cuenta de la cama ensangrentada, ni de las manchas de sangre en el piso que conducían hacia el exterior de la casa y la cisterna, como lo notó la hermana de la víctima. Además de que eso no lo liberaría de la responsabilidad, pues de ser cierto el horario establecido por Inacif, de que el asesinato ocurrió entre 2 a 5 de la mañana, y el menor entró poco más de una hora después, según las cámaras de la zona, esa hora podría entrar en el  margen de error de las estimaciones.

El abogado del menor Vicente Fañas, dijo: Según dice él, él fue y entró con una persona y la llevó, e incluso, según dice, él preparó algo de alimentos, salió de ahí y se fue. Pero en ningún momento él entró a la habitación ni la despertó a ella 27:32

Se dice que fue acompañado de otro adolescente que también fue captado en las cámaras pero esas imágenes no fueron presentadas por que no figura su interrogatorio en el expediente. Según versiones extraoficiales, su madre habría pagado más de 200 mil pesos para que este no fuera involucrado.

Con relación al hijo de Eusebio Rosario, el Ministerio Público establece que el menor cometió el hecho por influencias de su padre, quien sabía que la pena a imponerle a su hijo sería mucho menor que la impuesta a él. Algo similar piensan los familiares en base al interrogatorio realizado a la madre del menor, Staixi Tejada Burgos.

Las investigaciones de la procuradora fiscal de niños, niñas y adolescentes del distrito judicial Duarte, Dulce María Polanco, revelarían impactantes datos sobre el menor que desde pequeño ha recibido abusos físicos y psicológicos por parte de su padre.

El expediente establece que el menor le dijo a la magistrada Polanco que cuando era niño se orinaba en la cama y sus padres le ponían la ropa interior en la cabeza y lo hacían salir a la calle para que lo vieran, le decían que era sucio y que no le gustaban las mujeres. Además, en una ocasión, su padre lo obligó a tener relaciones sexuales con una mujer para que se hiciera hombre y estuvo con ellos hasta que terminaron el acto.

En conclusión, que hacía todo lo que su padre le decía, porque así debía ser.

Según el expediente del Ministerio Público, Carmen Paulino no solo había sido víctima de abusos por parte de su pareja sino también por el menor hijo de este, pues “en una ocasión Eusebio Rosario, inició una discusión con Carmen Paulino y cuando esta respondió a sus insultos, el joven de 15 años irrumpió en la sala y la agredió físicamente sin que su padre se inmutara”, sino todo lo contrario, lo felicita por la acción.

Mientras la defensa de los acusados le resta importancia al impacto de los abusos físicos, psicológicos y sexuales en los menores de edad.

Estos acontecimientos naturales, como los califica la defensa del acusado, tal vez podrían haber llevado a que el menor hoy figure como principal acusado en este horrendo crimen, junto a su padre.

Esto debido a que implicaría demasiado esfuerzo físico y cansancio para una sola persona y más con la fuerza con que fueron propinadas las estocadas, llegando  a perforarle el corazón, ambos pulmones e incluso los huesos temporal y frontal derecho, de acuerdo al informe del INACIF.

Tras haber cumplido el plazo máximo como menor, le fue variada la medida de coerción. Luego fue descargado por que la jueza entendió que no coincidía la hora en la que entró a la casa con la hora del fallecimiento pero el Ministerio Público apeló y logró que se ordenara un nuevo juicio que actualmente se conoce en la jurisdicción de Niños, Niñas y Adolescentes de la provincia Duarte.

Según se ha establecido hubo muchas debilidades en la etapa de investigaciones, empezando porque no se hizo un mapeo para comprobar la coartada de Eusebio Rosario de que estaba en La Romana por razones laborales.

Aunque si se revisó su celular  por Whastapp le escribía a la asesinada que estaba en La Romana pero esto nunca se confirmó. Tampoco se hizo una revisión exhaustiva de todas las cámaras de seguridad próximas a la escena del horrendo crimen, pues solo se tomaron en cuenta las de un centro médico ubicado frente a la puerta principal de la casa cuando existen más de 15 cámaras en las inmediaciones.

Las autoridades tampoco han determinado si las heridas infringidas fueron realizadas por varias armas blancas. Ni siquiera han encontrado el cuchillo con el que fue cometido el hecho, que según confesó el menor dejó botado en un solar pero al hacer el levantamiento no dieron con ningún hallazgo. Aunque habrá que ver si de haberla encontrado habrían hecho las pruebas de lugar, pues a Eusebio Rosario, al momento de su arresto, también le ocuparon un arma blanca pequeña, tipo Chaveta, en su vehículo y esto fue lo que pasó.

Ante la sentencia que ha profundizado aún más el dolor de la familia de Carmen Paulino, van a proceder a apelar, al igual que el Ministerio Público de la provincia Duarte en procura de un nuevo juicio, Eusebio Rosario, sea condenado a la máxima pena en estos casos: 30 años de prisión.

Este jueves 6 de octubre, se volvió a celebrar un juicio para conocer la acusación contra el menor pero fue aplazado para el próximo viernes 14 de octubre. En caso del menor ser hallado culpable, la pena sería mucho menor.

Aunque el adolescente actualmente tiene 16 años, al momento de cometer el hecho tenía 15 años y será juzgado en base a esa edad. La gran cuestionante es que tanta probabilidad  hay de que en un segundo juicio, a casi dos años después del atroz crimen, se analicen mejor las pruebas y se compruebe la responsabilidad penal de los acusados.

Mientras tanto los familiares de Carmen, sobre todo su hija de apenas 8 años de edad, lloran y sufren cada día por la irreparable pérdida.

Establecen que cuando llegará el momento le contarán la verdad, esperemos que para entonces, se haya hecho justicia y los culpables del atroz hecho ya estén cumpliendo condena.

Mientras tanto entre aplazamientos y aplazamientos, esta familia de escasos recursos, debe enfrentar todo este proceso judicial con todo lo que conlleva esto sumado a la conmoción de que Carmen Paulino haya sido asesinada de una manera tan vil, atroz y despiadada.

Nuria Piera

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