“Se votó el río”, es la expresión más común entre los residentes de Bajo Yuna desde que el inicia de la temporada ciclónica en junio.
Los residentes en los municipios Villa Riva y Arenoso viven en alerta permanente, ya que desde que inician las lluvias hay una alta posibilidad de que sus viviendas se inunden.
“Caso todos los años se inunda, a veces es más fuerte que otras, pero si hay depresión tropical, tormenta o huracán; está zona se inunda”, explica Rafael Arias, director de la Defensa Civil en el municipio Arenoso.
no tienen un local
Al visitar Arenoso se preguntó por el local de la institución, pero, para sorpresa, aquí no hay un recinto para los voluntarios y las reuniones se realizan en el Liceo Eugenio María de Hostos, ya que el director es profesor y el director del liceo forma parte del equipo.
De los 20 voluntarios del grupo, una parte importante son maestros. La psicóloga y las enfermeras reúnen de sus recursos para ayudar a la comunidad.
En Arenoso prometieron un local, pero hace aproximadamente un año que están en conversaciones y aún no se habilita.
En el caso de Villa Riva, hace dos meses están tratando de habilitar un local del Indotel, y con ayudas y colectas lo han podido pintar. En esta zona, hay 25 voluntarios.
“La puerta delantera no tiene cerradura y detrás no tiene puerta y hay ni sillas. Ahí nos hemos estado reuniendo, aunque, no tenga nada”, explica José Orlando Severino, director municipal de la Defensa Civil en Villa Riva.
carencia de equipos
“La flota es lo único que tenemos; el director provincial está gestionando, pero no tenemos”, explica Arias.
A pesar de que cada vez hay un llamado deben enfrentarse al río Yuna, no cuentan siquiera con botas plásticas para evitar contaminación y heridas por las lluvias.
“No tenemos capas, ni equipos de comunicación, ni celular, y mi es lo que usamos para comunicarnos y transportarnos, cuando pasa algo yo arranco en mi carro, mientras llega el personal de Macorís”, destacó Arias.
San Francisco de Macorís está a unos 45 kilómetros de Villa Riva, y a 54.5 de Arenoso, a poco menos de una hora de trayecto, es decir, que la situación se puede volver inmanejable hasta la llegada de equipos para asistencia.
“Ellos tienen que darnos soporte a nosotros, pero ellos tienen sus propias necesidades. Así es la realidad de esta zona, la más vulnerable del país”, cuenta Arias. Los voluntarios no están nombrados en la Defensa Civil y no reciben siquiera el combustible para trasladarse a las zonas que los necesitan; deben ser los voluntarios que reúnan todo lo necesario.
En el caso de Villa Riva, el director tiene una flota, que utilizan para comunicarse con la central de San Francisco.
“Yo he pensado que debe haber algo de primeros auxilios mientras llegan los equipos de Macorís, porque recursos humanos hay, pero faltan las herramientas”, enfatiza Severino.
Por Indira Vásquez